jueves, 19 de marzo de 2015

Dejando el ladrillo a la vista

   Una vez realizada una primera estimación real de lo que teníamos entre manos había que comenzar la restauración de la casa. En ésta las paredes maestras no son de piedra sino de ladrillo macizo y no hay mosaicos de suelo hidráulico o puertas que valga la pena rehabilitar. Pero tenemos las bovedillas de rasillas que descubrimos al retirar los falsos techos (que arreglaremos más adelante) y el ladrillo de las paredes, oculto bajo una capa de mortero de cal y/o yeso. Aunque la mayoría de las paredes las vamos a cubrir con placas de yeso laminado para aislarlas en la medida de lo posible de los ruidos externos, hemos decidido quitar el recubrimiento en algunas de ellas para sacar a la vista lo que hay debajo.






   En concreto, lo hemos hecho con la de lo que será el garaje y con el pasillo de entrada, que son dos espacios de acceso, de paso, y no nos parece especialmente importante insonorizarlos. Para eliminar el mortero cubierto de yeso y pintura empecé utilizando una maza y una escarpia pero pronto me pasé a la alcotana. Ésta tiene la ventaja de su ligereza, de tener dos filos (uno vertical y otro horizontal) y de que se usa con una sola mano, con lo que puedes alternarla de una mano a otra y así, mientras con una picas la pared, la otra descansa un poco.

   Hay que empezar por abrir una franja en la parte más baja e ir hacia arriba y los lados golpeando poco a poco, en el filo del recubrimiento a eliminar. Haciéndolo así el mortero se va deshaciendo fácilmente, cayendo en forma de arena al suelo.




   Mientras que en el pasillo limpié toda la superficie deseada sin problemas, la zona baja de este cuarto (el futuro garaje) no la pude eliminar: se trata de un cemento especial antihumedades que parece más bien hormigón, ya que es más duro que una piedra (debe ser moderno). Necesitaría un martillo neumático eléctrico para quitarlo, pero ahora mismo no tengo electricidad en la casa (ni agua corriente). Además, creo que a la vez se deterioraría el ladrillo, ya que está muy adherido (lo probé con martillo y escarpia y rompía también los ladrillos). Pero no nos preocupa mucho dejar esta franja, ya que más adelante la cubriremos con un friso.

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