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jueves, 12 de marzo de 2015

Impermeabilizar cubiertas

   Tal y como os dije la última vez, existen dos opciones al alcance de cualquiera para impermeabilizar una superficie horizontal y evitar que se filtre el agua. Supongo que habrá más, pero éstas son las que yo conozco. La primera y la más interesante a largo plazo es algún tipo de tela asfáltica, que era lo que habían puesto inicialmente en nuestro tejado. Pero para colocarla hace falta un soplete, con el que se va calentando el rollo de tela para que quede pegado a la cubierta. Podía conseguir uno, pero no tenía ganas de complicarme la vida, sino de reparar esas filtraciones rápidamente, antes de que volviera a llover. Más adelante pondré tela asfáltica. Hay también unas bandas autoadhesivas muy sencillas de colocar, pero tienen poca anchura, ya que son más bien para sellar grietas. Así que me decidí por el caucho líquido, que también sale más barato.



jueves, 14 de agosto de 2014

Pintando las paredes

   Acabado el suelo nos tocaba pintar las paredes, en las cuales todavía se podían ver las huellas de las distintas restauraciones que habíamos llevado a cabo. Como ya os expliqué en la entrada del 30/05/14, decidimos pintar de colores claros las paredes norte, oeste y sur, así como las correspondientes a los tabiques del tragaluz y la escalera de entrada. En los demás lienzos del este habíamos dejado la piedra a la vista (ver las entradas del 28 y 29/05/14). Queríamos jugar con las distintas tonalidades que le darían al piso los colores de la piedra enfrentados al blanco y ambos a un crema-anaranjado. El blanco nos aportaría luminosidad, el crema un toque desenfadado y la piedra rusticidad. El efecto conjunto lo podéis observar en la foto del 23/05/14.

   A las paredes del sur y oeste, en las que incide directamente el sol, les aplicamos una pintura de efectos que contiene partículas metálicas y queda muy elegante, además de disimular absolutamente todas las irregularidades que presenta el acabado en yeso.


miércoles, 18 de junio de 2014

Rehabilitación del techo (2)

   Tras recubrir los ladrillos sobre los que se apoyaban las vigas de hormigón con una capa de mortero, compramos dos tipos de pintura, esmalte negro y esmalte rojo óxido, que se suelen utilizar habitualmente para proteger el hierro. Las aplicamos una al lado de la otra sobre un rincón de una de las vigas, haciendo una prueba de color (para ver cual nos gustaba más). Nos quedamos con la negra, que le daba un toque más elegante. Así que dimos a todas las vigas de hormigón una imprimación (porque si no, no se fijaría bien el esmalte) y las cubrimos con dos capas abundantes de pintura negra. Ahora parecían otra cosa.