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viernes, 27 de marzo de 2015

Dejando el ladrillo a la vista (2)

    Aunque con la maza y escarpia o la alcotana se elimina la mayor parte del recubrimiento de mortero de cal y/o yeso que oculta el ladrillo, siempre permanecerán algunos pegotes adheridos. Estos hay que rascarlos con un cepillo de púas metálicas, que se pasa vigorosamente por toda la superficie, ladrillo a ladrillo. Y a pesar de ello, todavía quedará algún pegote; pero no importa, ya que se trata de dejar a la vista una pared de aspecto rústico: no hace falta que quede perfecta. Abajo os muestro una panoplia de las herramientas necesarias.



jueves, 19 de marzo de 2015

Dejando el ladrillo a la vista

   Una vez realizada una primera estimación real de lo que teníamos entre manos había que comenzar la restauración de la casa. En ésta las paredes maestras no son de piedra sino de ladrillo macizo y no hay mosaicos de suelo hidráulico o puertas que valga la pena rehabilitar. Pero tenemos las bovedillas de rasillas que descubrimos al retirar los falsos techos (que arreglaremos más adelante) y el ladrillo de las paredes, oculto bajo una capa de mortero de cal y/o yeso. Aunque la mayoría de las paredes las vamos a cubrir con placas de yeso laminado para aislarlas en la medida de lo posible de los ruidos externos, hemos decidido quitar el recubrimiento en algunas de ellas para sacar a la vista lo que hay debajo.



jueves, 31 de julio de 2014

Restauración de los suelos (6)

   Eliminado el mortero de cal que había quedado pegado a las baldosas, había que pulir sus superficies. Tras tantos años de uso aparecían descoloridas, con sus tonalidades apagadas y con daños superficiales: teníamos que recuperar el color original que se conservaba en las capas inmediatamente inferiores. En muchos casos bastaba con varias pasadas de la lijadora eléctrica con una lija de grano muy fino (para no rallarlas más de la cuenta) y quedaban casi nuevas. Pero con otras tuvimos que utilizar la amoladora (radial) provista de discos de desbaste. Le quitamos la protección lateral para trabajar mejor sobre la superficie plana del suelo hidráulico, pero siempre protegidos con guantes y colocados sobre una base estable, tal como se ve abajo.



martes, 29 de julio de 2014

Restauración de los suelos (5)

   Preparada la base de mortero y mallazo del nuevo suelo, el siguiente paso sería colocar un aislante acústico para reducir nuestros ruidos de impacto y amortiguar los de los vecinos. Según nos indicaron en los almacenes de construcción, lo que da mejor resultado son las placas de poliuretano, pero con un espesor de 10 a 14 cms, lo que nos elevaba demasiado el suelo y nos obligaría a recortar la puerta de entrada. Necesitábamos algo más delgado y denso, como los aislantes asfálticos, de alta densidad, que vienen en rollos de 15-20 m cuadrados y 5-7 mm de espesor. Se extienden por el suelo como si de una alfombra se tratase, cuidando de solapar unos rollos con otros y subiéndolos por la pared unos cms para conseguir un óptimo aislamiento (cosa muy difícil en un piso).



jueves, 17 de julio de 2014

Restauración de los suelos (2)

   Aunque restauramos el suelo en tres fases separadas entre sí por algunos meses, sólo os voy a explicar una de manera genérica, ya que el proceso fue el mismo en todas ellas. Como os comenté en la anterior entrada, lo primero que había que hacer era levantar las baldosas o rasillas que había de origen en el piso. En la mayoría de los casos fue una tarea sencilla ya que estaban colocadas con mortero de cal sobre la base arenosa. Había que romper una o dos situadas en alguna esquina y a partir del hueco creado ir levantando las siguientes ayudándote de la piqueta o de la maza y el cincel/cortafríos. Lo malo es que las baldosas, que queríamos reutilizar, salían en bastantes casos con todo el pegote de mortero adherido debajo y luego habría que limpiarlo sin romperlas. Pero eso sería más adelante.



miércoles, 28 de mayo de 2014

Restauración de las paredes de piedra

   Las gruesas paredes maestras de nuestro edificio están construidas con una mezcla de piedras (de todos los tamaños) y mortero de cal (cal, arena y agua). Tres lados de la casa están cubiertos por un revestimiento de yeso, aplicado directamente para enlucirlas. Pero en el cuarto, orientado hacia el este, se levantó en algún momento de la historia un tabique de ladrillo sobre el cual aplicaron el yeso, separado de la pared de piedra por una cámara de aire.