Ya en la entrada del 12-02-15 os comenté que había una habitación en el primer piso en la que el suelo se hundía hacia la parte central y que, deduje, se debía a un error de construcción, ya que no encontramos en mal estado ni las vigas ni las bovedillas que sostienen ese techo. Quizás el problema se produjo durante el proceso de asentamiento de los materiales, después de haberlo construido, aunque, de todas maneras, me parece un error intolerable. Además, los demás cuartos del primer piso estaban desnivelados también, hundiéndose de manera evidente hacia la terraza interior (sur) y hacia el lado oeste. Yo no me explico como pudieron hacer una chapuza así. Sobre todo teniendo en cuenta que si compruebas los niveles del techo que hay debajo, estos son bastante correctos: misterios de las casas viejas y de los seres humanos que las construyen. El caso es que había que arreglarlo y para ello procedí a levantar las baldosas del suelo.
Restauramos completamente un piso de 100 años de antigüedad. Y ahora nos atrevemos con una casa de 95. Tú también puedes hacerlo. Proceso, trucos y sugerencias
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lunes, 6 de julio de 2015
lunes, 6 de abril de 2015
Actuaciones menores
Al quitar los falsos techos nos encontramos con que el tabique del pasillo, construido en tiempos recientes, llegaba hasta las vigas de madera pero no cerraba el arco más alto que forman entre sí las bovedillas. Esto no tuvo mayor importancia mientras estuvieron ocultas, pero como nosotros pensamos dejarlas a la vista teníamos que cerrar esos huecos. Y para ello utilizamos unas rasillas que habíamos sacado más o menos enteras de otro punto de la casa; éstas son más estrechas que los ladrillos supermahones que forman el tabique, pero no mucho, así que se podrían apoyar aceptablemente en ellos. De estos últimos también disponíamos, pero teníamos que cortarlos para adaptarlos al espacio a rellenar y no disponemos de electricidad para hacerlo limpiamente con una sierra radial (al ser huecos, si los golpeas manualmente se rompen con facilidad por donde tú no quieres que se rompan).
jueves, 19 de marzo de 2015
Dejando el ladrillo a la vista
Una vez realizada una primera estimación real de lo que teníamos entre manos había que comenzar la restauración de la casa. En ésta las paredes maestras no son de piedra sino de ladrillo macizo y no hay mosaicos de suelo hidráulico o puertas que valga la pena rehabilitar. Pero tenemos las bovedillas de rasillas que descubrimos al retirar los falsos techos (que arreglaremos más adelante) y el ladrillo de las paredes, oculto bajo una capa de mortero de cal y/o yeso. Aunque la mayoría de las paredes las vamos a cubrir con placas de yeso laminado para aislarlas en la medida de lo posible de los ruidos externos, hemos decidido quitar el recubrimiento en algunas de ellas para sacar a la vista lo que hay debajo.
jueves, 19 de febrero de 2015
Primeros pasos (2)
En los días siguientes eliminé los falsos techos del salón y la cocina, en el piso bajo. Allí me encontré con la desagradable sorpresa de que se habían construido con ¡¡¡supermahones!!!, el mismo tipo de ladrillos con los que se reconstruyó el pasillo de entrada o se restauró el tejado. Me quedé alucinado, porque los falsos techos suelen ser relativamente ligeros y aunque los supermahones están huecos, todo un techo construido con ellos y colgado de las vigas pesa lo suyo: y esto supone una carga extra para la estructura del edificio.
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viernes, 23 de enero de 2015
Una nueva etapa comienza
Tal y como os comenté en la anterior entrada, hace poco tiempo encontramos una casa a reformar a un precio razonable y, como es lo que hemos deseado siempre, la compramos. Fue justo antes de irnos de vacaciones y ésta fue una de las razones de la inactividad de la bitácora durante ese par de meses.
Se trata de un inmueble construido en 1920 por los abuelos de los que nos la vendieron. Posteriormente ha sufrido varias reformas, pero en algunos casos las ampliaciones que se realizaron se han de tirar abajo ya que se hicieron con materiales de construcción malos, que hoy en día están muy deteriorados. No es el caso del cuerpo principal del edificio, la parte original y más antigua, que se ha de rehabilitar, pero que está en buen estado. Las instalaciones eléctricas y de agua han quedado también muy desfasadas y se han de cambiar todas.
Se trata de un inmueble construido en 1920 por los abuelos de los que nos la vendieron. Posteriormente ha sufrido varias reformas, pero en algunos casos las ampliaciones que se realizaron se han de tirar abajo ya que se hicieron con materiales de construcción malos, que hoy en día están muy deteriorados. No es el caso del cuerpo principal del edificio, la parte original y más antigua, que se ha de rehabilitar, pero que está en buen estado. Las instalaciones eléctricas y de agua han quedado también muy desfasadas y se han de cambiar todas.
jueves, 11 de diciembre de 2014
Reforma de la cocina (2)
En la anterior entrada se me olvidó contaros que, una vez enrasado el suelo del antiguo baño con la cocina, tuvimos que reforzar el tabique de aquel, ya que era la mitad de grueso que el de la cocina. Las estructuras de la cocina y el baño no eran originales de la casa construida en 1910, sino que habían sido añadidas a lo largo del tiempo sobre un lateral de la terraza. Y habían sido levantadas de cualquier manera. Es algo que te encuentras frecuentemente en las construcciones antiguas de esta zona: a principios del siglo XX solo algunas casas tenían este tipo de servicios (la cocina sí, pero era muy diferente a las actuales) y a lo largo del siglo se fueron construyendo anexos para dar cabida a las "nuevas tecnologías" sanitarias.
martes, 22 de julio de 2014
Restauración de los suelos (3)
Después de repartir la arena y gravilla por el piso, procedimos a colocar por todo el suelo un mallazo de hierro que, recubierto de mortero de cemento, le daría firmeza y estabilidad, evitando ulteriores movimientos de la gravilla. El mallazo consiste en una retícula de varillas de hierro que pueden tener distintos diámetros (entre 6 y 16 mms e incluso más) y tamaños (13 metros cuadrados o más) y se usa para formar encofrados y/o reforzar suelos, techos y paredes. Lo podéis encontrar en almacenes de construcción. Se corta fácilmente con una sierra radial y se pueden unir entre sí distintas piezas mediante alambres que aten las varillas. Hay que dejar una pequeña junta de dilatación con respecto a las paredes.
jueves, 17 de julio de 2014
Restauración de los suelos (2)
Aunque restauramos el suelo en tres fases separadas entre sí por algunos meses, sólo os voy a explicar una de manera genérica, ya que el proceso fue el mismo en todas ellas. Como os comenté en la anterior entrada, lo primero que había que hacer era levantar las baldosas o rasillas que había de origen en el piso. En la mayoría de los casos fue una tarea sencilla ya que estaban colocadas con mortero de cal sobre la base arenosa. Había que romper una o dos situadas en alguna esquina y a partir del hueco creado ir levantando las siguientes ayudándote de la piqueta o de la maza y el cincel/cortafríos. Lo malo es que las baldosas, que queríamos reutilizar, salían en bastantes
casos con todo el pegote de mortero adherido debajo y luego habría que
limpiarlo sin romperlas. Pero eso sería más adelante.
martes, 15 de julio de 2014
Restauración de los suelos
Terminado el altillo y las partes altas de nuestro dúplex-loft ahora tocaba restaurar los suelos. Trabajar desde arriba hacia abajo tiene la gran ventaja de que no te has de preocupar demasiado de las superficies inferiores cuando trabajas en las alturas, si las ensucias o deterioras, ya que las restaurarás posteriormente. En cambio, si lo hicieras al revés, desde abajo hacia arriba, las partes bajas ya estarían reformadas cuando te enfilaras al techo y por mucho que las protegieras se estropearían inevitablemente cuando se te cayeran materiales o herramientas sobre ellas o al mover de sitio los andamios o las escaleras.
viernes, 13 de junio de 2014
Rehabilitación de la pared de ladrillo
Para jugar un poco con las diferentes texturas de los materiales con que estaba construido el piso (ladrillos, piedra, yeso) y darle un toque rústico, decidimos que los otros dos lados de la escalera los dejábamos con el ladrillo a la vista. Esta pared estaba levantada con rasillas macizas antiguas, pero sólo estaban bien puestas hasta el tejado (planas unas sobre otras) en la parte de la puerta de entrada. En los otros dos lados, a partir del falso techo, las habían colocado de canto: así se ahorraban material y como no se veía...
miércoles, 4 de junio de 2014
Construcción del altillo de madera (3)
Establecidos los niveles, en cada agujero había que dejar la base donde se apoyarían las vigas bien firme y plana. Los huecos tenían entre 10 y 15 cm de profundidad. En ellos colocamos rasillas (ladrillos antiguos, delgados y macizos) o piedras lisas, fijadas con cemento. Una vez construida la base había que colocar las vigas.
lunes, 26 de mayo de 2014
A veces lo barato sale caro
La idea inicial de reformar el tejado consistía en levantar todas las tejas, impermeabilizar la superficie para eliminar las goteras y volver a colocarlas sustituyendo las que estuvieran rotas. En principio, todo este proceso no nos iba a afectar más allá de las molestias provocadas por el ir y venir por nuestro piso (que es desde donde se accede al tejado) de los albañiles. Pero, como podéis ver abajo, la cosa no salió como esperábamos.
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