Acabado el suelo nos tocaba pintar las paredes, en las cuales todavía se podían ver las huellas de las distintas restauraciones que habíamos llevado a cabo. Como ya os expliqué en la entrada del 30/05/14, decidimos pintar de colores claros las paredes norte, oeste y sur, así como las correspondientes a los tabiques del tragaluz y la escalera de entrada. En los demás lienzos del este habíamos dejado la piedra a la vista (ver las entradas del 28 y 29/05/14). Queríamos jugar con las distintas tonalidades que le darían al piso los colores de la piedra enfrentados al blanco y ambos a un crema-anaranjado. El blanco nos aportaría luminosidad, el crema un toque desenfadado y la piedra rusticidad. El efecto conjunto lo podéis observar en la foto del 23/05/14.
A las paredes del sur y oeste, en las que incide directamente el sol, les aplicamos una pintura de efectos que contiene partículas metálicas y queda muy elegante, además de disimular absolutamente todas las irregularidades que presenta el acabado en yeso.
En la foto superior podéis ver un detalle de la pared con luz natural y en la inferior con flash. Es la misma pared. Como podéis observar las tonalidades cambian en función de la intensidad de la luz que incide sobre ella.
Primero se ha de poner cinta de pintor a lo largo de los laterales que se pintarán con un color diferente, del techo y del suelo y, pegados a ésta, periódicos o rollos de papel que venden en tiendas de bricolaje para esta función. También se han de proteger los enchufes, embellecedores, etc. Luego se aplica una capa de fondo blanca, una imprimación especial, que se extiende con rodillo como una pintura normal y sirve para que no salga la cal de las paredes y se deteriore el color. Un truco para conseguir fácilmente que no queden manchas de pintura en el suelo consiste en mantenerlo húmedo e ir limpiándolo constantemente con una fregona bien empapada (en suelos de baldosas, no con la madera).
Después de secarse la imprimación (12-24 horas), extendemos la pintura de efectos mediante una paletina ancha, de 12 o 14 cms, realizando movimientos giratorios con la mano de tal manera que las capas se superpongan, pero sin extenderlo concienzudamente, ha de quedar imperfecto. Antes debemos recortar las esquinas y laterales con un pincel o brocha. Al día siguiente repetimos la operación, pero esta vez ya no hace falta recortar las esquinas. Lo recomendable es poner dos capas, pero también se puede poner una sola: el efecto de los brochazos es más evidente.
Dejamos pasar otras 24 horas y retiramos la cinta de pintor y los periódicos protectores, con cuidado de no arrancar a la vez algún trozo de la pintura de la pared.
No hay comentarios:
Publicar un comentario