Otra de las cosillas que hice estos días fue retirar los listones de madera que habían sostenido los falsos techos ya que, además de ser antiestéticos, representaban un peligro cada vez que me subía a una escalera, con decenas de cabezas de clavos sobresaliendo y amenazándome. Como no los vamos a poder reutilizar para construir el altillo que tenemos en mente, ya que no son lo suficientemente fuertes y están algo combados, opté por sacarlos de la manera más fácil: cortando un extremo de cada uno de ellos y luego los travesaños, cosa que hice con una sierra de mano.
Tras separarlos físicamente de la pared y de los otros listones, tiré hacia abajo desde el extremo serrado para romper el cemento del otro lado y sacarlos de la pared, donde están empotrados. Hay que hacerlo listón a listón, ya que estan unidos entre ellos y, si intentas quitar un par a la vez, corres el peligro de que se te caigan encima o te tiren de la escalera. Y con la de clavos que tienen...
Una vez extraídos de la pared comprobamos que la madera de la que están hechos es de algún tipo de especie resinosa (alguna conífera) pero bastante más dura que la de pino que aquí se puede comprar por precios módicos. Así que de momento los conservaremos y quizás construyamos más adelante con ellos una pérgola en la terraza, donde creo que pegara mucho el sol en verano.
La ultima de las cosillas que hice fue eliminar todas las tuberías viejas de plomo y cobre que estaban empotradas en la pared de ladrillo que había dejado a la vista y que han de ser cambiadas por instalaciones nuevas. Pero eso ya es otra historia...
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