La idea que teníamos era realizar casi toda la instalación de la
casa nosotros mismos, dejando al profesional correspondiente la
colocación de la toma de tierra (de la cual no dispone la casa y es obligatoria), el cuadro de
diferenciales y el cambio del contador. Habíamos colocado las estructuras para los paneles de yeso laminado en la parte de abajo para que por lo menos una parte de la instalación que pusiéramos fuera definitiva. En el piso de arriba decidimos hacerlo todo provisional, ya que poner los correspondientes montantes nos iba a retrasar demasiado y necesitábamos tener electricidad cuanto antes. Lo primero era calcular donde se colocarían las cajas de conexión de las que saldrían las derivaciones para los enchufes o las luces. Luego, pasar por detrás de los montantes los tubos corrugados que protegerán los cables.
Restauramos completamente un piso de 100 años de antigüedad. Y ahora nos atrevemos con una casa de 95. Tú también puedes hacerlo. Proceso, trucos y sugerencias
miércoles, 27 de mayo de 2015
miércoles, 20 de mayo de 2015
Dando de alta la electricidad
El asunto de la luz fue más complicado, ya que el primer electricista que visitó la casa y vio las instalaciones nos dijo que había que cambiarlas completamente para que nos facilitara el boletín de inspección con el que debíamos acudir a la compañía para volver a dar de alta el servicio. Esto para nosotros era un gasto absurdo de tiempo y dinero, ya que todo lo que él hiciera sería provisional: puesto que no sabíamos donde iban a ir las tomas de corriente, las luces o los electrodomésticos, habría que ir quitándolo a medida que pusiéramos los tabiques de yeso laminado y el aislamiento correspondiente sobre las paredes maestras. Así que decidimos prescindir de este profesional, montar parte de las estructuras de canales y montantes y pasar por ellas los tubos corrugados y los cables correspondientes a una instalación básica nosotros mismos. En cuanto tuviéramos una aceptable llamaríamos a otro electricista y volveríamos a probar suerte.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Dando de alta el agua (2)
En realidad, la profundidad que yo creía necesaria, porque en cuanto el fontanero vio el agujero sacó su taladro de 24 voltios (el mío es de 12 solo) y se puso a perforar hasta casi alcanzar la pared del vecino. Igualmente, amplió las regatas que había hecho para conectar con la conducción general de la calle (entrada de agua al contador) y hacia la llave de paso que se pondría en la casa. Les gusta trabajar holgadamente a los profesionales, sin estrecheces. Una vez satisfecho, colocamos la caja en su sitio y mientras yo la sujetaba él le puso cemento rápido (un cemento especial que fragua en pocos minutos, muy indicado para estas labores) alrededor para fijarla. Manteniendo un regle apoyado contra ella dejamos que se asentara y unas horas más tarde rellené con mortero todo el perímetro exterior hasta igualar más o menos la pared.
martes, 5 de mayo de 2015
Dando de alta el agua
Tal y como sabréis los que seguís esta bitácora, en la casa no disponemos de agua corriente ni de electricidad, ya que ambos servicios los dieron de baja hace un año aproximadamente, cuando los señores que vivían en ella se fueron a vivir a una residencia de ancianos. Y cuando quisimos volver a darlos de alta, en las compañías que los controlan (monopolizan, más bien)
nos exigieron cambiar totalmente todas las instalaciones, ya que están
obsoletas. Esto nos suponía, como os podéis imaginar, un montón de faena y de dinero. Así que dejamos aparcado el tema, ya que para las primeras tareas que teníamos pensado realizar nos podíamos apañar con el agua del pozo (y de dos depósitos de 300 litros que estaban a medias), con un par de linternas y con la fuerza motora de nuestros brazos. Pero después de tres meses trabajando así, decidimos que había que agilizar la reforma y comenzamos el proceso para dar de alta estos servicios básicos.
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