Sobre la estructura de los cuerpos laterales atornillamos los tableros más largos, de 32x106 cms, que enmarcarán y ocultarán de la vista el somier de que habíamos hablado. Ya os dije anteriormente que este espacio serviría también para almacenamiento y para ello se debería poder acceder fácilmente a él. Incluso con el colchón puesto, su cobertor y los cojines encima. Así que el tablero frontal, el de 32x194 cms, tenía que disponer de un sistema que permitiera retirarlo con una simple presión, porque tampoco queríamos instalar pomos aquí. Lo que utilizamos fue un juego de cuatro imanes atornillados, por una parte, en el canto de ambos laterales (como podéis ver abajo)...
Y, por otra, en ambos extremos del tablero frontal (en esta otra foto).
También podíamos haber usado unos herrajes de presa como los del armario (ver entrada del 04-07-2014), pero este tipo de cierre se agarra con más fuerza y hubiera sido necesario algo más que una simple presión para abrirlo. Por supuesto que podíamos haber puesto unas bisagras y abrirlo como una puerta, pero como el colchón sobresale por delante, el tablero se hubiera tenido que abrir hacia abajo y eso impediría la manipulación cómoda de lo almacenado en su interior. Así que la opción de los imanes nos resultó la más práctica.
Después introducimos el somier, el colchón y las cajas que compramos en un almacén de decoración, de las cuales hay cantidad de modelos, tamaños y volúmenes. El espacio queda así:
Hay que tener en cuenta que con este sistema de almacenaje la parte del fondo, que está contra la pared, no es fácilmente accesible, así que en ella se han de guardar cosas que se utilicen rara vez.
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