Los tableros que formarán el frontal, los laterales y las tapas del mueble son de madera de pino. Es preferible que os los corten en el almacén de madera o bricolaje donde los compréis, ya que así quedan los cortes completamente rectos. En muchos te lo hacen gratis: sólo tienes que llevar las medidas. Si lo hacéis vosotros con una sierra de calar, lo más probable es que no salgan todo lo rectos que sería deseable. Aunque siempre se pueden lijar las imperfecciones. En nuestro caso, necesitábamos dos tableros de 30x100 cms para los frontales de los cuerpos laterales, otros dos de 32x106 cms para los lados del central, uno de 32x194 para su correspondiente frontal y cuatro más de 78 cms y distintos anchos para las tapas superiores.
Una vez cortados, se lijan con un grano fino y se barnizan. Nosotros
seguimos utilizando el barniz ecológico: aunque hay que dar más manos,
la facilidad de limpieza de los pinceles y la ausencia de disolventes
nos compensa. Arriba se ve como queda el interior de un cuerpo lateral una vez que pusimos todos los tableros. Los frontales van atornillados mediante escuadras a la estructura interior y los de los lados, que ocultarán el somier, con potentes tornillos que atraviesan los pilares (se ve mejor en las fotos de la anterior entrada).
Las tapas superiores se apoyan en los cantos de los listones estructurales, quedando, cuando están cerradas, a ras del lateral central y por encima de los frontales. Tienen cada una de ellas dos bisagras en el lado de la pared, que se embuten en la madera tal y como os expliqué el 04-07-2014. Para poder abrirlas fácilmente sin usar ningún tipo de asidero o pomo las tapas sobresalen dos centímetros del frontal. En sus cantos pegamos con cola de carpintero un embellecedor.
En la imagen superior podéis verlas y también el embellecedor que realizamos nosotros mismos para ajustar el mueble a la pared (esto también lo tuvimos que hacer con el suelo del altillo). Como la pared no es regular, ya que unas piedras sobresalen más que otras, el mueble no puede quedar pegado a ésta. Así que tuvimos que cortar unos listones de madera, dibujar el patrón en una plantilla, trasladarla a los listones y cortar la madera con la sierra de calar, una y otra vez, hasta que el listón coincidía con la pared. Hay que tener un poco de paciencia, pero no es difícil y el resultado salta a la vista.
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