Reforma de las otras paredes

   Como ya os dije anteriormente las paredes maestras del norte, sur y oeste estaban enlucidas con yeso aplicado directamente sobre el mortero y la piedra. Hubiera sido, por tanto, muy laborioso sacar a la luz la piedra que hay debajo ya que el yeso tiene una gran capacidad de adherencia y estaría muy pegado a ésta. Además, visualmente  hubiera quedado muy cargado el piso, que ya de por sí no es muy grande. Pensamos que manteniendo tres lados pintados con colores claros producirían un bonito contraste con la parte de piedra, más rústica, y el piso parecería más amplio de lo que es. Así que optamos por dejarlas tal cual, arreglando los destrozos resultantes de la reforma del tejado.

Restauración de las paredes de piedra (2)

   El principal problema al rellenar las juntas es que, la mayoría de las veces, no se podía hacer con una espátula o paleta normales, ya que los huecos entre piedras eran pequeños pero profundos, y no conseguías introducir dentro de ellos la pasta de monocapa. Se desprendía y caía al suelo. En este tipo de trabajos lo normal es que apliques el cemento con paleta en plan masivo y luego limpias un poco la piedra antes de que se seque. Pero se suele hacer en paredes con bloques de piedra más bien grandes y con juntas igualmente amplias. En nuestro caso no se podía porque, al ser la mayoría de las piedras de reducido tamaño (como se observa en el detalle de abajo), las ocultabas prácticamente todas y de lo que se trataba era de resaltarlas, no de taparlas.

Restauración de las paredes de piedra

   Las gruesas paredes maestras de nuestro edificio están construidas con una mezcla de piedras (de todos los tamaños) y mortero de cal (cal, arena y agua). Tres lados de la casa están cubiertos por un revestimiento de yeso, aplicado directamente para enlucirlas. Pero en el cuarto, orientado hacia el este, se levantó en algún momento de la historia un tabique de ladrillo sobre el cual aplicaron el yeso, separado de la pared de piedra por una cámara de aire.

Restauración de las vigas de madera del tejado

   Tal y como os dije ayer, las vigas originales de la parte norte fueron cambiadas por otras de hormigón, ya que tres de ellas estaban medio podridas y a punto de hundirse o quebrarse como consecuencia de muchos años de goteras y humedades. En el lado sur estaban bastante mejor, sólo una estaba podrida; el resto estaba relativamente bien. Así que convencimos al constructor para que éstas las dejara, ya que le daban un aire muy rústico al piso. Aunque él nos aseguraba que nos arrepentiríamos: había que tirarlo todo abajo y construirlo de nuevo con materiales modernos.

A veces lo barato sale caro

   La idea inicial de reformar el tejado consistía en levantar todas las tejas, impermeabilizar la superficie para eliminar las goteras y volver a colocarlas sustituyendo las que estuvieran rotas. En principio, todo este proceso no nos iba a afectar más allá de las molestias provocadas por el ir y venir por nuestro piso (que es desde donde se accede al tejado) de los albañiles. Pero, como podéis ver abajo, la cosa no salió como esperábamos.

Antes, durante y después

   Así era el piso cuando lo compramos. Esta imagen se correspondería con la parte que os mostré ayer pero es difícilmente identificable ya que por entonces estaba la casa dividida en cuartos con pasillos. No sé si se llega a apreciar que los techos eran muy altos, algo típico de las casas antiguas: un sistema para fomentar que el calor del verano se acumule arriba quedando algo más frescas las partes bajas. En esta parte del piso habían dos habitaciones pequeñas, una salita y el pasillo; casi nada, ¿eh? Todo paredes, vamos.

El piso en la actualidad

   Bueno, pues esto es el piso en la actualidad, concretamente la parte sur, la que da a la terraza. Como podéis ver conjuga elementos antiguos y modernos. La alfombra de baldosas está formada por el suelo hidráulico original, levantado de su emplazamiento y convenientemente pulido y recolocado después como a nosotros nos interesaba. También las puertas son las originales, aunque tampoco estaban ahí; fueron decapadas (eran verdes), restauradas y barnizadas.

Si nosotros lo hicimos tú también puedes. Hazlo tú mismo

   Si hace unos años alguien me hubiera dicho que terminaría reformando completamente mi viejo piso, le habría contestado que no sabía bien lo que decía. A pesar de que era un piso antiguo (la casa tiene unos 100 años) vivíamos a gusto en él. Es céntrico, pero está en una zona tranquila y tiene una terraza muy soleada. No, definitivamente, no pensábamos meternos en una reforma de envergadura. Ni siquiera me interesaba el bricolaje, aunque a mi pareja sí.