viernes, 30 de mayo de 2014

Reforma de las otras paredes

   Como ya os dije anteriormente las paredes maestras del norte, sur y oeste estaban enlucidas con yeso aplicado directamente sobre el mortero y la piedra. Hubiera sido, por tanto, muy laborioso sacar a la luz la piedra que hay debajo ya que el yeso tiene una gran capacidad de adherencia y estaría muy pegado a ésta. Además, visualmente  hubiera quedado muy cargado el piso, que ya de por sí no es muy grande. Pensamos que manteniendo tres lados pintados con colores claros producirían un bonito contraste con la parte de piedra, más rústica, y el piso parecería más amplio de lo que es. Así que optamos por dejarlas tal cual, arreglando los destrozos resultantes de la reforma del tejado.

   El problema es que trabajar con el yeso es muy difícil, ya que se queda duro a los pocos minutos de amasarlo. Eso sí, es muy adecuado para fijar algo rápidamente, si no tienes cemento cola. Pero extenderlo sobre grandes superficies es complicado: como se te endurece enseguida, tienes que echarle más agua para amasarlo otra vez y devolverlo a un estado manejable, pero cuando lo haces varias veces se queda "muerto" y su capacidades disminuyen enormemente (aplicado en la pared y seco, se deshace con facilidad). Por eso, no os recomiendo que enyeséis vosotros mismos una pared entera.

  Afortunadamente, los espacios que teníamos que arreglar no eran demasiado grandes: se reducían a la parte superior de las paredes, en su junta con el tejado (lo podéis ver en las fotos de la entrada Antes, durante y después), algunas zonas deterioradas por la obra o sin enyesar originalmente, que quedaron al descubierto al quitar el falso techo o los tabiques interiores. No se puede decir que los dejara muy bien, pero pasaban desapercibidos porque las paredes (al ser tan antiguas) no están totalmente a plomo sino que presentan ondulaciones en su superficie. Además descubrí un truco para alisar las irregularidades: una vez aplicado y seco el yeso le ponía encima una capa de pasta de juntas para placas de yeso (que se puede comprar preparada y es muy sencilla de manipular); luego la lijaba y el resultado mejoraba notablemente.

   Este acabado resulta un poco más complicado, lento y caro, pero siempre será más barato que contratar a un yesero. Si luego pintas estas superficies con una pintura que produzca efectos no se notarán en absoluto tus parches. Pero de eso hablaremos un poco más adelante.

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