Empezamos montando la estructura de los cuerpos laterales. Tras delimitar con un lápiz en el suelo de madera el espacio que ocuparía uno de ellos, cortamos con la sierra (eléctrica o manual) dos listones de 7x3 cms y algo menos de un metro, que previamente hemos barnizado. Posteriormente se pondrán a ras de estas líneas, sobre su lado más ancho, contra la pared y a unos 70 cms, en paralelo. Estos listones son idénticos a los que usamos para construir el otro armario o para enmarcar las "alfombras" de suelo hidráulico. En las esquinas de ambos colocamos de pie cuatro listones más, de 23 cms de longitud y los atornillamos fuertemente contra los primeros. Cortamos otros cuatro de los tamaños correspondientes al perímetro marcado y los apoyamos sobre los que hacen de pilares, tal y como se ve en la imagen, sobre su lado estrecho. Colocamos el nivel encima para comprobar que está todo bien equilibrado y, si es así, los fijamos entre sí mediante tubillones y cola de carpintero. Si no, habrá que lijar hasta que queden nivelados.
Restauramos completamente un piso de 100 años de antigüedad. Y ahora nos atrevemos con una casa de 95. Tú también puedes hacerlo. Proceso, trucos y sugerencias
jueves, 28 de agosto de 2014
martes, 26 de agosto de 2014
Construcción de un mueble a medida
Anteriormente os expliqué (27 de junio y siguientes entradas) como habíamos construido un armario ropero en el altillo, ajustándolo a las medidas e inclinación del tejado. Ahora os contaré como hicimos un mueble de madera bajo que ocupa todo el espacio comprendido entre una pared y otra, en el "cuarto" que da al norte.
Ya os comenté que el altillo se había convertido en nuestro dormitorio. Aunque está abierto por los lados, desde abajo no se puede ver la zona central y esto te concede una cierta intimidad. Necesitábamos además un espacio donde los invitados pudieran dormir y estar a gusto. Esto es un poco difícil en un loft, ya que sin tabiques de separación no existe la intimidad que te proporciona un cuarto convencional con su puerta y tal. La antigua habitación norte es la que mejor se prestaba a esta función, ya que los tabiques de la escalera de entrada crean un pasillo que limita la perspectiva sobre una buena parte de su superficie. Allí construimos, contra la pared de piedra, este mueble, en el que empotramos un somier que teníamos y su correspondiente colchón. Así podría servir de sofá normalmente y de cama cuando hubiera invitados.
Ya os comenté que el altillo se había convertido en nuestro dormitorio. Aunque está abierto por los lados, desde abajo no se puede ver la zona central y esto te concede una cierta intimidad. Necesitábamos además un espacio donde los invitados pudieran dormir y estar a gusto. Esto es un poco difícil en un loft, ya que sin tabiques de separación no existe la intimidad que te proporciona un cuarto convencional con su puerta y tal. La antigua habitación norte es la que mejor se prestaba a esta función, ya que los tabiques de la escalera de entrada crean un pasillo que limita la perspectiva sobre una buena parte de su superficie. Allí construimos, contra la pared de piedra, este mueble, en el que empotramos un somier que teníamos y su correspondiente colchón. Así podría servir de sofá normalmente y de cama cuando hubiera invitados.
jueves, 21 de agosto de 2014
Rejuntando el suelo hidráulico
Cuando expliqué el proceso de restauración de los suelos se me pasó por alto el paso final relacionado con el suelo hidráulico: el rejuntado o relleno de las juntas. Ya comenté que este tipo de baldosas se puede poner al ras (tocándose entre ellas, como estaban originalmente) o con una pequeña separación. Como nosotros las colocamos con separaciones de 2 mms, al terminar había que rellenarlas. Para ello se utiliza una pasta de juntas, un mortero especial que, en nuestro caso, ha de ser apto para huecos profundos ya que estas baldosas son bastante más gruesas que las actuales. Los hay de muchos colores; sólo hay que elegir el que más se ajuste a nuestras necesidades. Puede ser elástico o no; nosotros pusimos entre juntas uno que tenía una flexibilidad baja, pero en los límites con los marcos de madera colocamos otro más elástico (al tratarse de la junta entre distintos materiales las tensiones son mayores).
martes, 19 de agosto de 2014
Pintando las paredes (2)
A la pared del norte y los tabiques del este, en los cuales no da directamente el sol, les aplicamos una pintura blanca, que aumentaría la luminosidad del piso (y visualmente lo haría más espacioso). Antes de pintar hay que reparar todas las pequeñas grietas que pueda haber en la pared (se me olvidó decirlo en la entrada anterior). Para ello se han de sanear, excavándolas y abriéndolas con una espátula y rellenándolas luego con una pasta tapagrietas. Se aplicarán varias capas, las que sean necesarias hasta que queden bien cubiertas, ya que irán absorbiendo el producto cuando se seca. Se lija entre capa y capa y se continúa hasta que queden bien enrasadas. Luego se ha de limpiar a fondo el polvo de la pared y se ponen cinta de pintor y periódicos para proteger las superficies (falsos techos, suelos, enchufes) que no queremos pintar de este color.
jueves, 14 de agosto de 2014
Pintando las paredes
Acabado el suelo nos tocaba pintar las paredes, en las cuales todavía se podían ver las huellas de las distintas restauraciones que habíamos llevado a cabo. Como ya os expliqué en la entrada del 30/05/14, decidimos pintar de colores claros las paredes norte, oeste y sur, así como las correspondientes a los tabiques del tragaluz y la escalera de entrada. En los demás lienzos del este habíamos dejado la piedra a la vista (ver las entradas del 28 y 29/05/14). Queríamos jugar con las distintas tonalidades que le darían al piso los colores de la piedra enfrentados al blanco y ambos a un crema-anaranjado. El blanco nos aportaría luminosidad, el crema un toque desenfadado y la piedra rusticidad. El efecto conjunto lo podéis observar en la foto del 23/05/14.
A las paredes del sur y oeste, en las que incide directamente el sol, les aplicamos una pintura de efectos que contiene partículas metálicas y queda muy elegante, además de disimular absolutamente todas las irregularidades que presenta el acabado en yeso.
A las paredes del sur y oeste, en las que incide directamente el sol, les aplicamos una pintura de efectos que contiene partículas metálicas y queda muy elegante, además de disimular absolutamente todas las irregularidades que presenta el acabado en yeso.
martes, 12 de agosto de 2014
Restauración de los suelos (y 9)
Un barniz ecológico es aquel que no presenta disolventes químicos entre sus componentes. Esta característica lo convierte en el más adecuado para trabajar en sitios con poca ventilación, ya que no emite los olores tan fuertes del barniz clásico, que te marean y tardan dos o tres días en desaparecer del todo. Además, los pinceles y rodillos se limpian con agua, y no contamina el medio ambiente. El problema que presenta (el que nosotros usamos) es que su densidad es inferior y cubre menos que el otro, teniendo que extender hasta cuatro capas para que quede bien protegida la madera. Un buen barniz con disolventes lo cubre todo perfectamente con dos capas. Aún así, aunque el trabajo de extenderlo supone el doble de tiempo, una vez descubierto, nosotros hemos seguido usando el ecológico para el resto del piso. El precio de ambos es muy similar, el acabado es bonito y el hecho de que no tenga componentes volátiles compensa con creces la faena extra.
jueves, 7 de agosto de 2014
Restauración de los suelos (8)
Con el suelo hidráulico colocado y el mortero seco, procedimos a retirar los listones de los laterales quitando el cemento que los sujetaba. Aunque estaban protegidos por cinta de pintor, se habían manchado y dañado algo, así que había que lijarlos concienzudamente. Luego los cortamos al tamaño deseado y los barnizamos. Podemos cortar las esquinas al bies (en diagonal) o dejarlas rectas, que es lo que nosotros hicimos. Pusimos de nuevo una capa de mortero y los colocamos formando el marco de la "alfombra" de baldosas. Una vez listas éstas, había que poner los tablones de pino machihembrados que darían uniformidad al conjunto del piso.
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martes, 5 de agosto de 2014
Restauración de los suelos (7)
Los listones se colocaron levantados del aislamiento asfáltico unos dos centímetros, que, junto a su grueso de tres, daban cinco de altura, lo que necesitábamos para poner el suelo hidráulico (2 cm de grosor) y su base de cemento. Esta altura sería la que tendría el piso final. Partiendo de la esquina enmarcada por los listones fuimos poniendo las baldosas en abanico primero y formando rectángulos después. Siempre asegurándonos con el regle de madera de un metro y el nivel encima que quedaban niveladas. Y con la escuadra de que se mantenían en los ángulos los 90º, es decir, que no se iban abriendo las hileras de baldosas.
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