Eliminado el mortero de cal que había quedado pegado a las baldosas, había que pulir sus superficies. Tras tantos años de uso aparecían descoloridas, con sus tonalidades apagadas y con daños superficiales: teníamos que recuperar el color original que se conservaba en las capas inmediatamente inferiores. En muchos casos bastaba con varias pasadas de la lijadora eléctrica con una lija de grano muy fino (para no rallarlas más de la cuenta) y quedaban casi nuevas. Pero con otras tuvimos que utilizar la amoladora (radial) provista de discos de desbaste. Le quitamos la protección lateral para trabajar mejor sobre la superficie plana del suelo hidráulico, pero siempre protegidos con guantes y colocados sobre una base estable, tal como se ve abajo.
Restauramos completamente un piso de 100 años de antigüedad. Y ahora nos atrevemos con una casa de 95. Tú también puedes hacerlo. Proceso, trucos y sugerencias
jueves, 31 de julio de 2014
martes, 29 de julio de 2014
Restauración de los suelos (5)
Preparada la base de mortero y mallazo del nuevo suelo, el siguiente paso sería colocar un aislante acústico para reducir nuestros ruidos de impacto y amortiguar los de los vecinos. Según nos indicaron en los almacenes de construcción, lo que da mejor resultado son las placas de poliuretano, pero con un espesor de 10 a 14 cms, lo que nos elevaba demasiado el suelo y nos obligaría a recortar la puerta de entrada. Necesitábamos algo más delgado y denso, como los aislantes asfálticos, de alta densidad, que vienen en rollos de 15-20 m cuadrados y 5-7 mm de espesor. Se extienden por el suelo como si de una alfombra se tratase, cuidando de solapar unos rollos con otros y subiéndolos por la pared unos cms para conseguir un óptimo aislamiento (cosa muy difícil en un piso).
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jueves, 24 de julio de 2014
Restauración de los suelos (4)
En la entrada anterior se me olvidó un paso: cuando se tienen preparados todos los testigos se coloca cemento alrededor de cada uno de ellos, formando una especie de galleta que lo afiance pero sin llegar a cubrirlo por encima del nivel establecido. Una vez bien seco, procedemos a crear las líneas que unan entre sí los testigos. Hay que tener siempre a mano algo que nos permita humedecer el mortero durante su proceso de endurecimiento, ya que si se seca demasiado rápidamente (sobre todo cuando hace calor) las grietas están garantizadas. Tal y como se aprecia en las fotos de la entrada anterior y ésta de abajo, nosotros usamos un pulverizador de líquidos de los utilizados para jardín.
martes, 22 de julio de 2014
Restauración de los suelos (3)
Después de repartir la arena y gravilla por el piso, procedimos a colocar por todo el suelo un mallazo de hierro que, recubierto de mortero de cemento, le daría firmeza y estabilidad, evitando ulteriores movimientos de la gravilla. El mallazo consiste en una retícula de varillas de hierro que pueden tener distintos diámetros (entre 6 y 16 mms e incluso más) y tamaños (13 metros cuadrados o más) y se usa para formar encofrados y/o reforzar suelos, techos y paredes. Lo podéis encontrar en almacenes de construcción. Se corta fácilmente con una sierra radial y se pueden unir entre sí distintas piezas mediante alambres que aten las varillas. Hay que dejar una pequeña junta de dilatación con respecto a las paredes.
jueves, 17 de julio de 2014
Restauración de los suelos (2)
Aunque restauramos el suelo en tres fases separadas entre sí por algunos meses, sólo os voy a explicar una de manera genérica, ya que el proceso fue el mismo en todas ellas. Como os comenté en la anterior entrada, lo primero que había que hacer era levantar las baldosas o rasillas que había de origen en el piso. En la mayoría de los casos fue una tarea sencilla ya que estaban colocadas con mortero de cal sobre la base arenosa. Había que romper una o dos situadas en alguna esquina y a partir del hueco creado ir levantando las siguientes ayudándote de la piqueta o de la maza y el cincel/cortafríos. Lo malo es que las baldosas, que queríamos reutilizar, salían en bastantes
casos con todo el pegote de mortero adherido debajo y luego habría que
limpiarlo sin romperlas. Pero eso sería más adelante.
martes, 15 de julio de 2014
Restauración de los suelos
Terminado el altillo y las partes altas de nuestro dúplex-loft ahora tocaba restaurar los suelos. Trabajar desde arriba hacia abajo tiene la gran ventaja de que no te has de preocupar demasiado de las superficies inferiores cuando trabajas en las alturas, si las ensucias o deterioras, ya que las restaurarás posteriormente. En cambio, si lo hicieras al revés, desde abajo hacia arriba, las partes bajas ya estarían reformadas cuando te enfilaras al techo y por mucho que las protegieras se estropearían inevitablemente cuando se te cayeran materiales o herramientas sobre ellas o al mover de sitio los andamios o las escaleras.
jueves, 10 de julio de 2014
Miscelánea
A partir del cuadro eléctrico
que tenemos situado en la entrada (instalado por un profesional acreditado) nosotros empotramos hacia
arriba las diferentes mangueras de la instalación eléctrica, protegidas dentro de tubos corrugados. Utilizando los embellecedores que habíamos colocado en los laterales del suelo de madera del altillo, los
tabiques de yeso y el falso techo de celosías, las distribuimos por todo el piso. Montamos varias cajas de empalmes (que se pueden comprar tanto en tiendas especializadas como en los almacenes de bricolaje) y de ellas sacamos las derivaciones que necesitábamos para alimentar los enchufes e interruptores que nos proporcionarían luz en el dormitorio. Varios de éstos los distribuimos alrededor de la cama, con los cables ocultos tras los tabiques y siempre dentro de tubos corrugados. Otro cable lo metimos por el armario (ya sin proteger porque es fácilmente accesible) para alimentar las lámparas orientables que tenemos atornilladas a las vigas y que se pueden ver en fotografías de entradas anteriores.
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martes, 8 de julio de 2014
Pirograbados en madera
El color y la textura de la madera son suficientemente elegantes como para poder dejar las puertas del armario tal cual, sin ningún adorno más. Pero a nosotros nos encanta la iconografía oriental y decidimos darle un toque algo más exótico, que ligara con el resto de la decoración que habíamos repartido por el altillo. Tampoco queríamos sobrecargar visualmente el espacio ya que nos gusta la sobriedad (sin llegar al minimalismo). Así que optamos por realizar unos dibujos al fuego sobre cada una de las puertas, pero remarcando sólo los contornos, sin darles formas a los interiores ni rellenarlos con pintura. Decidimos dibujar dos dragones enfrentados en las dobles hojas de los espacios de ambas esquinas y el signo de la longevidad, omnipresente en Vietnam, en cada una de las tres puertas del centro.
viernes, 4 de julio de 2014
Construcción de un armario a medida (y 4)
Con la estructura lista y los accesorios del armario colocados sólo nos quedaba poner las puertas. Estas consisten en unos tableros idénticos en grosor a los de las paredes del armario. Hay que mirárselos bien a la hora de elegirlos en el almacén, para coger los que estén lo menos combados posible. Con la sierra de calar cortamos las partes superiores para ajustarlas a la inclinación del tejado, los lijamos y los barnizamos. Para sujetarlas a los cantos de la estructura se han de poner unas bisagras, que hay de muchos tipos y tamaños. Nosotros pusimos éstas:
miércoles, 2 de julio de 2014
Construcción de un armario a medida (3)
Para calcular y tomar medidas de los distintos espacios de almacenaje se ha de tener muy claro como se van a distribuir sus interiores y que tipo de complementos se van a instalar. En los almacenes de bricolaje y decoración hay una amplia gama de accesorios para armarios, tales como estanterías, cajones (normales y con separadores, compartimentados), cestas de rejillas, barras para perchas, percheros de pantalones, zapateros, etc. A partir de la idea que se tiene sobre lo que se quiere instalar, en función de las necesidades de cada cual, se dibuja el plano que luego se plasmará en la realidad. Normalmente, todos estos accesorios llevan los herrajes, rieles, ganchos y tornillos necesarios para colocarlos; se atornillan a las paredes que hemos instalado del armario y listos.
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