Construcción de un armario a medida (2)

   Cada uno de los tableros que forman las paredes del armario tienen medidas distintas, debido a la inclinación del tejado. Antes de encargar y cortar los tableros, se han de tomar muy bien las medidas de cada uno de los espacios de almacenamiento que se van a crear, partiendo del tamaño de cajones y estanterías. Se miden las correspondientes alturas al falso techo y se toma nota. El corte se lo podéis pedir al almacén de madera donde los compréis, ya que si es recto, normalmente te lo cortan gratis. No ocurre igual con los tableros que constituirán las puertas del armario, que se han de adaptar a la pendiente del tejado y tendréis que cortar vosotros mismos con una sierra de calar.

Construcción de un armario a medida

   Una vez construido el altillo, arregladas las paredes y el techo y montada la cama, sólo nos faltaba un armario para guardar nuestras cosas y poder decir que el dormitorio estaba terminado. No podíamos plantearnos la compra de uno ya que la altura del techo era menor de lo que suelen medir habitualmente los que vienen de fábrica. Además, iba bajando según te alejas del centro hacia las esquinas. Así que teníamos que construir uno a medida y nos pusimos manos a la obra.

Construcción de la cama (2)

   Para sostener los tableros de DM a la altura que nos interesaba (a ras de los cuatro listones laterales) colocamos sendas escuadras en las esquinas y varios listones más estrechos atornillados a la cara interna de aquellos. Además, la cruz central tenía un grosor menor que la estructura exterior. Sobre todos estos puntos se apoyarían los tableros, que no quedarían fijos sino sueltos, para poder darles la vuelta cada x tiempo y evitar así que se deformaran.

Construcción de la cama

   Tal y como ya os comenté anteriormente, la cama que se aprecia en una de las imágenes del altillo la hicimos nosotros. A primera vista puede parece complicado, pero en realidad no lo es. Consiste en una estructura de listones de madera, previamente barnizados, que se encajan entre sí mediante tubillones (piezas tubulares de madera que se engastan entre juntas), escuadras, tornillos y cola de carpintero. Los listones que utilizamos nosotros son de abeto y tienen un grueso de 7x6 cm. El conjunto de la estructura mide 1.65x2.05 m y sobre ella colocamos tres tableros de DM (compuestos por fibras unidas con resinas sintéticas) que, a modo de somier, soportan y dan firmeza a un colchón de 1.50x1.90 m. De esta manera, los listones sobresalen por los lados, enmarcando el colchón.

Rehabilitación del techo (3)

   Instalar los paneles de corcho entre las vigas de hormigón no presentaba ningún problema, ya que éstas están fabricadas con moldes y son muy regulares. Sólo hay que cortar el corcho con una sierra de calar pendular (tal y como se corta la madera) a la medida adecuada para que quede encajado entre vigas y no se caiga, y colocarlo. Pero entre las vigas de madera ya fue otro cantar, puesto que estas otras son absolutamente irregulares, tienen nudos, están ligeramente torcidas, son más anchas de un lado que del otro, etc. Hubo que ir midiendo y cortando cada uno de los paneles una y otra vez, poniéndolos y quitándolos hasta que encajaban bien en sus correspondientes huecos. Menos mal que no pesan mucho. Y con las celosías que colocamos después para embellecer el techo pasó lo mismo.

Rehabilitación del techo (2)

   Tras recubrir los ladrillos sobre los que se apoyaban las vigas de hormigón con una capa de mortero, compramos dos tipos de pintura, esmalte negro y esmalte rojo óxido, que se suelen utilizar habitualmente para proteger el hierro. Las aplicamos una al lado de la otra sobre un rincón de una de las vigas, haciendo una prueba de color (para ver cual nos gustaba más). Nos quedamos con la negra, que le daba un toque más elegante. Así que dimos a todas las vigas de hormigón una imprimación (porque si no, no se fijaría bien el esmalte) y las cubrimos con dos capas abundantes de pintura negra. Ahora parecían otra cosa.

Rehabilitación del techo

   Tras haber construido el altillo y reformado las paredes que daban a éste había que darle un acabado al techo, que aparecía todavía desnudo, con los machihembrados de obra (grandes ladrillos planos dispuestos entre una viga y otra) y el cemento de sujeción a la vista. Como os dije en anteriores entradas, en la parte sur de la casa se mantuvieron las vigas de madera originales, mientras que en el lado norte se pusieron de hormigón. Este es el aspecto que ofrecía el techo por entonces:

Rehabilitación de la pared de ladrillo

   Para jugar un poco con las diferentes texturas de los materiales con que estaba construido el piso (ladrillos, piedra, yeso) y darle un toque rústico, decidimos que los otros dos lados de la escalera los dejábamos con el ladrillo a la vista. Esta pared estaba levantada con rasillas macizas antiguas, pero sólo estaban bien puestas hasta el tejado (planas unas sobre otras) en la parte de la puerta de entrada. En los otros dos lados, a partir del falso techo, las habían colocado de canto: así se ahorraban material y como no se veía...

Restauración de los tabiques (2)

   Al aislar las paredes del altillo utilizamos paneles de lana de roca, pero cuando más adelante lo hicimos con el tejado pusimos corcho. Nuestra tendencia es siempre a utilizar materiales lo más naturales posible, por eso descartamos el porexpan y el poliestireno de entrada (aunque los vendedores les atribuyen una capacidad de aislamiento excepcional). La lana de roca es un producto intermedio entre aquellos y el corcho, que sería el más natural (con la viruta de madera y el cáñamo) y tiene unas cualidades térmicas y sonoras formidables. El problema con el corcho es que su producción es limitada y semiartesanal, por eso, es un producto relativamente caro. Y no encuentras paneles de un grueso adecuado en cualquier almacén de construcción-bricolaje, sino que tienes que pedírselos a empresas especializadas.

Restauración de los tabiques

   Nuestro piso es un rectángulo de unos 5x13 m (más la terraza y la cocina) a los que hay que restar los espacios que ocupan la escalera vecinal y un tragaluz que sirve para dar luz natural al piso bajo. Mientras que las paredes de la escalera están construidas con ladrillo macizo, formando parte de la estructura de la casa, las del tragaluz son simples tabiques hechos con supermahones y fueron añadidos posteriormente. Pero ambos estaban bien construidos, enyesados y pintados sólo hasta la altura del falso techo; más arriba aparecían hechos de cualquier manera y sin acabar, como podéis ver abajo.

Construcción del altillo de madera (y 5)

   Aunque las vigas las habíamos barnizado antes de colocarlas, decidimos que esto lo haríamos con los tablones del piso una vez que estuvieran puestos; por dos razones: rapidez (ya que lo haces todo de una sola vez, en lugar de ir tablón a tablón) y porque el barniz humedece la madera y cuando esto pasa tiende a combarse. Mejor colocar todo el suelo y hacerlo cuando están engarzados entre sí los tablones. Utilizamos un barniz con disolventes, que aplicamos en dos veces consecutivas, tras dejar secar entre capas 24 horas. Es recomendable hacerlo con buen tiempo, ya que hay que dejar el piso ventilando. Más adelante utilizaríamos barnices ecológicos, pero de sus ventajas e inconvenientes hablaremos en otro momento.

Construcción del altillo de madera (4)

   Una vez fijadas las seis vigas grandes, colocamos las tres menores que van en el pasillo de entrada al piso (que tiene 1,50 m de ancho). Luego había que hacer (con dos trozos pequeños) una T entre éstas, para dejar el hueco en donde se colocaría la escalera de acceso al altillo. Para hacer esta T encargamos unos soportes de acero en una calderería y atornillamos a ellos las vigas (como podéis ver más abajo).

Construcción del altillo de madera (3)

   Establecidos los niveles, en cada agujero había que dejar la base donde se apoyarían las vigas bien firme y plana. Los huecos tenían entre 10 y 15 cm de profundidad. En ellos colocamos rasillas (ladrillos antiguos, delgados y macizos) o piedras lisas, fijadas con cemento. Una vez construida la base había que colocar las vigas.

Construcción del altillo de madera (2)

   Antes de establecer los niveles exactos, nos dedicamos a abrir los agujeros donde introduciríamos las vigas. Estas tenían que medir más que el ancho de la propia casa, ya que queríamos incrustarlas en las paredes. Claro que también se pueden poner unos soportes externos para apoyar en ellos las vigas, pero es más seguro a largo plazo embutirlas en los muros.

 

Construcción del altillo de madera

   La idea de construir un altillo de madera la habíamos acariciado en algunas ocasiones pero nunca hablamos seriamente de ello. Suponíamos que, en un momento dado, podíamos aprovechar la altura del tejado en su parte central para ampliar el piso, pero no sabíamos de cuanto espacio real se trataba (aunque algo intuíamos, debido a los techos tan altos que teníamos). Además, había goteras y lo veíamos como una obra demasiado complicada. Así que cuando abrieron varios huecos en el falso techo para comprobar el estado de las vigas de madera (como se ve abajo) pudimos medir la altura que había desde el suelo a la parte más elevada del tejado.